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Cuidar al migrante, una forma urgente de atender la migración

México es uno de los países que más inmigrantes recibe en el mundo, pero su atención ha carecido de un cuidado integral.

   Alfredo Fragoso
   15 de marzo de 2024

En los últimos años, México se ha vuelto una tierra de migrantes. De acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas, en los últimos 20 años la población inmigrante en territorio mexicano aumentó en un 123%. Pero en 2022, acorde a cifras de la OIM, se registró la cifra récord de: 444 mil 439 migrantes a México, lo que representó un incremento de 134 mil 747 con lo que respecta a lo registrado en 2021 y 261 mil 499 en comparación al 2018.

Aunque gran parte de las personas indocumentadas que llegan al país viajan solas, durante 2023 se registró un aumento de unidades familiares y menores de edad. Esto podría significar un nuevo récord, pues según datos de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP), entre enero y febrero de 2023 se registraron 70,526 eventos de personas en situación migratoria irregular en México, representando un aumento del 54.6% en comparación con 2022.

Una buena cantidad de inmigrantes no logran pasar a los Estados Unidos, por lo que se quedan en México muchas veces en condiciones de alta vulnerabilidad, pues enfrentan actos de violencia, robos, abuso sexual, hambre, problemas de salud, deshidratación y exposición a la intemperie, además de xenofobia y prejuicios, racismo, falta de recursos económicos, problemas de adaptación, desempleo, detención y deportación.

Por eso, para varias especialistas dedicadas a analizar la migración, la nueva ola de migrantes que se quedan en México exige una nueva forma de ver el movimiento migrante basada en la perspectiva de cuidados.

Esa fue la idea central de la conferencia “Cuidados y migrantes en México” como parte del Seminario de Cuidados para la Vida y el Bien Común, organizada por el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) el pasado 23 de octubre e impartida por Diana González, psicóloga e integrante de la Alianza de Salud para Refugiados (Refugee Health Alliance) y Elba Gutiérrez, licenciada en derecho y directora del programa pro bono de la firma de abogados Greenberg Traurig.

“Si tú tienes que estar todo el tiempo preocupándote por sobrevivir, lo último en lo que piensas es en cuidarte porque cuidarte pareciera que es un lujo, pareciera que es la última instancia porque al final del día hay otras necesidades materiales y estas terminan aplastando las necesidades psicosociales porque para ellos [los migrantes] simplemente hay que avanzar, hay que seguir y seguir”, mencionó Elba Gutiérrez.

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Elba Gutiérrez durante el seminario.

Las ponentes destacaron la importancia de proporcionar cuidados y servicios básicos, así como garantizar un trato digno y humano para los migrantes que buscan un refugio en México. “Los cuidados son esenciales para acceder a un piso mínimo de una vida digna y de una vida plena”, agregó Gutiérrez.

Haitianos, una población de alta vulnerabilidad

Las ponentes hicieron hincapié en que una de las poblaciones inmigrantes que más ha crecido en México es la proveniente de Haití debido, en buena medida, a la devastación que ha tenido el país caribeño debido a distintos desastres naturales y una inestabilidad económica y política.

En 2010 hubo un terremoto que provocó la muerte de 200 mil personas y más de un millón y medio de damnificados. En el 2016, un huracán, y en 2021, otro terremoto, contribuyeron a que más personas decidieran salir del país. Además, aumentó la violencia, hubo falta de combustibles y una crisis política generalizada en todo el territorio, en parte, debido al asesinato del presidente de Haití, Juvenel Moise en julio de 2021.

Por eso, la llegada de la población haitiana a México ha aumentado. Según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda y Refugiados, en 2021 ingresaron al país alrededor de 51,000 haitianos, de los cuales 3,000 habitan la capital mexicana. También se registraron más de 62,804 solicitantes de asilo de nacionalidad haitiana, convirtiéndose en la principal nacionalidad solicitante de asilo.

El estudio Caracterización de la Población de Origen Haitiano en México de la OIM subraya que en 2021 fueron detenidos más de 13,606 migrantes haitianos, mientras que en 2020 la cifra fue de sólo 1,411.

En 2021, la OIM también realizó una encuesta a 5,725 migrantes haitianos en seis ciudades mexicanas para explorar sus características y necesidades. Como parte de sus resultados, destaca que el 23% planeaba ir a Estados Unidos con sus familias, y solo el 1% tenía interés en regresar a su país de origen, mientras que el 74% expresó su deseo de quedarse en México aunque muchos desconocían a qué autoridad acudir para regularizar su situación.

Muchos de ellos se quedan en albergues y campamentos que constantemente superan la capacidad máxima de población, además de vivir sin acceso a los servicios básicos, lo cual puede afectar su salud física y mental.

Más migrantes, pero menos cuidados

La mayor parte de los migrantes que se quedan en México viven en condiciones de alta vulnerabilidad, especialmente en las ciudades donde se registra el mayor número de personas en situación migratoria irregular, como Chiapas (41.3%), Tabasco (9.3%) y Coahuila (8.8%).

Un ejemplo es el campamento "Viva México" en Chiapas, donde la carencia de servicios básicos ha provocado la propagación de enfermedades. Médicos Sin Fronteras (MSF), una organización médica y humanitaria internacional, ha intervenido para abordar estas condiciones críticas, dando asistencia médica y psicológica básica a quienes la necesitan.

De acuerdo con un informe por parte de esa organización, el campamento alberga un promedio diario de alrededor de 600 personas migrantes que malviven allí entre cinco y diez días en promedio. Actualmente funcionan siete puntos de suministro de agua, 10 letrinas y 4 duchas disponibles para la población migrante que circula por el lugar.

Son personas “relegadas geográficamente, gente que tiene que quedarse en albergues o en hoteles de paso, en campamentos de refugiados, en condiciones precarias a partir de las cuales el acceso a los cuidados es lo último en lo que piensas porque lo que necesitas es la inmediatez de poder sobrevivir”, dijo Gutiérrez en el C3.

En 2015, la revista Salud Pública de México publicó un estudio que examinó la salud mental de migrantes centroamericanos indocumentados mientras transitaban por la ciudad de Tapachula, Chiapas. Los hallazgos revelaron signos y síntomas de daños en su salud mental, como estrés, angustia y ansiedad, atribuibles a experiencias traumáticas vividas tanto en sus lugares de origen como durante su travesía por México.

Otro problema es el clima extremo. Dado que muchas de estas personas permanecen en la intemperie tienen que enfrentar las altas temperaturas durante el día, que les pueden provocar una severa deshidratación, y por la noche, las bajas temperaturas les pueden causar hipotermia. Además, están en alto riesgo de sufrir robos, agresiones y abuso sexual por parte de grupos delictivos.

“La precarización y la necesidad de cubrir necesidades materiales inmediatas ponen a la población migrante en un riesgo grande de la explotación laboral, de las redes de trata y del tipo de trabajos tremendamente precarizados. (...) Este tema de la trata de niñas, hombres que están siendo reclutados por el crimen organizado, por empresas y trabajos explotadores, y el miedo de que les vayan a llamar a las autoridades migratorias, todo esto, es una barrera de acceso a los cuidados”; mencionó Gutiérrez.

El cuidado integral para los migrantes

Diana González, psicóloga enfocada en infantes y familias para albergues en la Alianza de Salud para Refugiados, una organización binacional sin costo entre México y Estados Unidos con el propósito de abordar las necesidades de atención médica en la frontera, dijo en su participación en el C3, que es importante proporcionar servicios éticos e integrales a personas desplazadas y en situaciones vulnerables mediante la colaboración con programas y organizaciones médicas.

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Diana Gonzalez explica las cuatro áreas de atención.

Actualmente, dijo González, la organización cuenta con cuatro áreas de atención: justicia, donde se brinda salud sexual, reproductiva y acupuntura; resistencia, donde se otorga salud médica a, por ejemplo, migrantes golpeados o enfermos; paz en salud, en la que se brinda atención psicológica y psiquiátrica; y dignidad en salud, que ofrece a los migrantes comida, ropa limpia, regaderas y baños limpios para hacer sus necesidades.

“Tenemos también servicios especializados como pediatría, ginecología y dermatología, que pueden atender a las personas para que sea un cuidado lo más integral que se pueda dar sin que tengan que acudir a otra organización”, mencionó González.

A pesar de que existen varias organizaciones como la Alianza de Salud para Refugiados, las especialistas coincidieron en que el apoyo aún no tiene una perspectiva integral de cuidados, por lo que es necesario difundir la idea de cuidados como una parte inherente de la política para migrantes, pues cuidar a los migrantes significa cuidar al país y su futuro.

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